jueves, 9 de julio de 2009

Un molcajete de regalo

Querido Dr. (en nuestro caso... Terapeuta)

Este modesto regalo tiene un significado mas sano: no tiene connotaciones lánguidas como mis sensaciones, ni es un sueter para estar adherida a su persona, ni un sillón para querer estar frente a usted siempre.

El molcajete lo relacion ocon su consultorio. Llegué a él despues de haber sido tostada por el comal de las circunstancias. A traves de cuatro años de permanecer en el molcajete conocí mi sabor y me asustó mi propio picor; en él lloré con profundo dolor y libertad, en él aprendí que lo que lo que me condujo a tocar su puerta fue la desolacion, misma que ya me siento capaz de regular y que nunca olvidaré su intensidad para poderme llenar de energia, para buscar y conseguir lo mejor de mí.

Rogaré que mi nombre no vuelva a ocupar espacios en su agenda de la semana.

Infinitas gracias por su profesionalismo y por su calidez humana que me dio cuando mas lo necesitaba, siempre lo recordaré con mucha gratitud.

M.L.
Finalmente la carta se acompañó de un espléndido molcajete de plata. En ella se observa realmente lo que son el dolor y los esfuerzos por cambiar en el analisis.
Clinica psicoanalitica.
De la practica a la teoria.
Winnicott

Saludos y bendiciones. Pps Glass

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